Se casarón y el barbero cortó una vez más esa cabellera, la iglesia abrirá las puertas a la muerte de aquellos sueños que a caballo emprenden la cabalgata al son del tambor matutino. Palabras necias a oídos sordos; ¡Una moneda que me ayude a seguir viviendo con hambre! El cruce siempre es difícil… monstruos acartonados emprenden el viaje a lo mas conocido, Berlín.
Es de noche y mi maleta pesa como si trajera oro, más en cambio es polvo lo que transporto en las manos. Volando con el pico de un águila, me encuentro con que el guardia de aquel balcón, ha olvidado dar los buenos días a la paloma, que esta vez no volverá de su viaje.
Condenado a ser una estatua, aquel viejo no puede ya recoger las monedas que la turba arroja a su gran sombrero, los niños serán quienes disfruten de nuevo las golosinas acidulces ¿Qué los hace pensar que hoy no hay que reparar en el “porque”? Al fin y al cabo mañana será otro día.
El reloj me ha dicho ya, que no se de que estoy hablando, aquí estoy, atragantándome ese queso que de nuevo no está en buen estado, -prefiero caviar señor Mondragón-, aunque aquel animal se coma así mismo las tripas.
Demonios de arroz duro caminan entre mesas y sillas, a 3 pesos el kilo de aguacate… ¡No lavaré más un plato roto! aunque las gallinas picoteen a los gatos. -No señor Mondragón, no me gustaría cruzar el puente andando en elefante-, las aguas podrían confundirse con bagazo, prefiero ir por las nubes caminando, aunque mi retrato no salga en la foto.
Juguemos a que hoy es martes y te encuentro escondida bajo la escalera… Cinco pisos: Uno, dos, tres, cuatro. Este año él si se cortará el cabello, aunque la risa del violín lo lleve a sentarse de nuevo al suelo. El migajón es para las aves una espesa masa de aliento: 2+2 son cuatro, me quedo con 2, aunque la tinta se corra en el papel que escribo, la nota del día no será esta.
No me preocupa, como podrás darte cuenta no estoy formada en la fila, ni siquiera estoy interesada en entrar, se que en la lista de invitados ocupo el primer lugar… Me asomo a la ventana… te escucho pero no te veo, ahora resulta que si te gusta el café. Nada es todo lo que tengo que decir.
Duermo consiente de lo que quiero soñar; De pronto la puerta se abre de nuevo para escuchar que el día se ha vuelto loco y no se quiere acabar, esta vez, el remolino se llevó su sombrero y sus ojos el viento no quisieron tocar. Cerrado al fin esta el camino del valiente, de izquierda a derecha no puedes ya pasar, si lo haces la lluvia podría llegar y el mundo resbalaría entre caminos de aves y jornadas absurdas.
¡Pasa ya! Con boleto en la mano es difícil negarlo. Aunque el mundo no espera por ti, las aves se arriesgan a salir. ¡Bravo! ¡Un jinete esta vez no lo ha logrado!
Te entrego libremente este color, al irse las sombras, el partirá también… la luz te deja respirar: uno, dos. Ficticio el momento en que descubrí tu rostro de noche. ¿Debería yo de verlo? Sin embargo, la pantalla; Mágica fuente de luz, de vida y de engaño me llevó a conocer Berlín. ¡Bendita luz! No arriesgues mas la verdad, acércate más…envuélveme en tu batallar.
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