31.8.09

Una historia de muñecas

Cuando era niña perdí todos mis juguetes, Todos!
Mis padres se divorciaron cuando yo tenía 10. Después de vivir un año con mi papá, mi hermana y yo nos mudamos con mamá, no había tiempo ni espacio para llevarlos con nosotras.
El único juguete que tuve después de eso, fue mi bicicleta; llegó un día después de la navidad, Santa Claus no sabía donde vivíamos ahora, estuvo rondando mi antigua casa, al no encontrarnos, supo que algo andaba mal y decidió buscarnos en casa de Abuemamá, por eso tardó un día más en llegar con los regalos, bueno eso nos dijo mamá, pero yo no recordada que Coyoacán estuviera tan lejos de Xochimilco, y menos viajando en trineo; en fin, tener una bicicleta a esa edad era fenomenal para mi.

De vez en vez me sentía triste por mi vida pasada, todo cambió tan rápido después de eso, apenas unos meses atrás recuerdo que jugaba a las muñecas con mi prima y con mi hermana, que siempre terminaba llorando por que yo escogía los mejores accesorios, la muñeca más bonita, la que pudiera peinar mejor, el vestido más cortito y las botas mas altas para ponérselas.
Imaginábamos que la sala era su mansión, que los sillones su dormitorio, que el lavadero la piscina y la mesa de centro era la pista de baile.
Imaginaba también que mi muñeca era yo a los 20, elegante, hermosa, esbeltísima, bien vestida y por supuesto con el galán más guapo, que al final del día terminaba engañándome con la muñeca de mi prima, pero cuando bailábamos en la mesa de centro, el mundo podía caerse, mis papás podían gritarse hasta quedar afónicos y no nos dábamos cuenta de nada, yo no podía oírlos, estaba en otro lado. Cuando nos fuimos, esa etapa quedó atrás, con todo y las muñecas.
En las siguientes visitas a mi padre, pude ver como la casa de mi niñez se transformaba, los juguetes fueron desapareciendo, poco a poco, supongo que era difícil para papá tenerlos ahí, tal vez los tiró o los regalo, o tal vez mi prima los robó, quizá alguna vecina… Un día no quedó nada de nosotras ahí. El jardín que durante todos los años que recuerdo, había anunciado la mañana a través del gran ventanal, era ahora un bloque de cemento sin acabados, que fungía de patio de lavado, no camas, no cuadros, no más pintura morada, todo era gris.

Para llegar ahí recorríamos en nuestras bicis la misma distancia que a Santa le había tomado todo un día, en una hora, a veces menos. Visitábamos a mi papá, lo extrañaba, lo extraño ahora también, pero cuando eres pequeña, las emociones son más confusas, quería regresar a esa casa, quería a mis papás juntos de nuevo.
Cuando le contábamos a mamá que habíamos cruzado el Periférico en bici, nos castigaba sin salir por varios días, le platicábamos también, que mi papá al fin había decidido separarse de su madre, cortar el cordón umbilical (como ella solía reclamarle) y hacer su vida alejado de ella, sólo que para mi, poner una barda no iba a ser suficiente y no lo fue, hasta el fin de sus días no lo fue.
Hace un par de años Abuemamá me regaló una linda muñequita que anda en su triciclo de cuerda, tenía su carita sucia, la había encontrado con un señor que vendía juguetes viejos.
Me pareció que ya había jugado con ella antes, no lo sé en realidad, hay muchas, muchas cosas bloqueadas ahora, como sus caras, fue una sensación extraña, un dejavu. Ella me dio una buena idea, quiero encontrar a mis muñecas, no sé realmente como luzcan ahora, será difícil hacerlo, tal vez ellas me encontrarán a mi…

1 comentario:

Gerardo Betancourt dijo...

Cuando uno es niño, suceden muchas cosas que uno no entiende; y cuando uno las entiende, se quiere regresar a la infancia y jugar por siempre con Peter Pan.

Cuando uno es niño, ser ríe de cualquier cosa. Cuando uno es adulto, agradece la compañía de las personas con las que siempre se está riendo uno, por cualquier cosa.

Agradezco no sólo tu disposición y apoyo para volver a instalar Lo que el viento a Juárez, ahora en Atlixco, Puebla. Te agradezco también, cada carcajada.

Gracias a la vida por permitirme compartir contigo, mi bien querida Estephani.

Gerardo Betancourt